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Capítulo 539



Capítulo 539

Yael y Rufino también vieron como Dorian nadaba rápidamente hacia la otra orilla y notaron la bufanda de cuadros de colores enganchada en las ramas que se extendian hacia el agua. Sus rostros palidecieron al instante.

Amelia habia salido con esa bufanda el día anterior.

Ambos, Yael y Rufino, olvidaron por completo a Fabiana y corrieron hacia la orilla, con sus rostros tensos.

Fabiana confundida, los siguió instintivamente.

Dorian ya había llegado a la otra orilla, sus ojos oscuros fijos en la bufanda medio seca colgando de la rama, las venas de su cuello palpitaban visiblemente.

Era sin duda, la bufanda de Amelia. El logo claro de la bufanda se habia enganchado accidentalmente, soltando un hilo que ahora se mecia levemente con la brisa.

“¡Yael!” Dorian llamó sin voltear, con voz grave, “¡Contacta a la policia y al equipo de rescate inmediatamente, que vengan rápido! Tenemos que intensificar la búsqueda en esta área.”

“Entendido.” El asistente respondió de prisa, sacando su teléfono para hacer la llamada.

“Rufino, organiza un equipo para visitar cada uno de los pueblos cercanos, no dejes ninguno sin revisar,” ordenó Dorian.

Rufino asintió con la cabeza: “Está bien.”

Fabiana, que habia seguido hasta la orilla, también vio la bufanda colgada y la mirada fija de Dorian sobre ella. Su expresión cambió sutilmente y miró alrededor instintivamente, pero no habla señal de Amelia.

No se veía su cuerpo por ningún lado.

Dorian no levantó la vista, no se atrevía a hacerlo. Sus manos bajo el agua se apretaban Inconscientemente, sus dedos se clavaron en su propia carne sin darse cuenta, con los ojos oscuros inmóviles en la bufanda, incapaz de hacer el más minimo gesto.

Si la bufanda habia llegado flotando hasta ahi y se habia enganchado en las ramas, según la corriente del rio, Amelia ya no tendria ninguna posibilidad de sobrevivir,

Una sensación helada recorrió su cuerpo entero, su corazón y pulmones parecian congelados, cada respiración era un dolor agudo y su mente estaba en blanco.

A pesar de que sabia que si alguien caia al río y no era rescatado a tiempo, las posibilidades de sobrevivir eran casi nulas, mientras no encontraran evidencia, podia convencerse de que Amelia habia sido rescatada, que simplemente estaba herida y no podia contactarlo. All text © NôvelD(r)a'ma.Org.

Pero la aparición de esa bufanda lo hundia de nuevo en la desesperación.

Dorian no supo cuánto tiempo habia estado en el agua fijando su vista en la bufanda, hasta que el ambiente a su alrededor empezó a llenarse de ruido y los equipos de rescate y la policia llegaron. Entonces, finalmente, movió su cuello rigido y miró hacia los oficiales y rescatistas.

La policía ya había comenzado a investigar en base a la ubicación de la bufanda y los equipos de rescate se hablan sumado a la búsqueda con urgencia.

Yael también había llegado a la otra orilla con ropa seca, aprovechando el bote del equipo de rescate.

“Señor Ferrer, cámbiese esa ropa mojada, no es momento para enfermarse,” le aconsejo en voz baja, con una mirada de compasión hacia su rostro perdido.

Dorian no se opuso esta vez; en silencio subió al bote, tomó la ropa seca que Yael le paso y se la puso, pero no se fue.

Desde la mañana hasta la noche, desde que el sol salió hasta que la luna se elevó y cuando la oscuridad envolvió todo una vez más, Dorian se quedó parado en su lugar, viendo al equipo de rescate buscar, inmóvil, como petrificado.

No comió ni bebió nada.

La policía y los equipos de rescate habian peinado todas las áreas de agua, tierra y aldeas cercanas, pero no encontraron ninguna pista relacionada con Amella.

Capitulo 539

Pasada la una de la madrugada, cuando todos ya estaban durmiendo, con el viento y la lluvia azotando, la posibilidad de que alguien hubiera sido rescatado era insignificante.

No se podia determinar si la bufanda había llegado por si sola a ese lugar y se había enganchado en las ramas o si alguien había sido arrastrado hasta alli por el agua.

A pesar de que la recompensa ofrecida por Dorian era tentadora, nadie habia proporcionado ninguna pista en todo el dia.

La posición de la bufanda, la hora y la falta de señales de auxilio llevaban a todos a creer que Amelia había sido arrastrada al mar.

Buscar a alguien en el mar es como buscar una aguja en un pajar.

En internet ya había varios que decian poder adivinar el futuro con precisión y no habian podido evitar hacer predicciones para Amelia, pero los resultados no eran nada alentadores.

Viendo que empezaba a llover de nuevo y la oscuridad que se cernia alrededor, Yael, que había acompañado a su jefe todo el día, le susurró con voz baja: “Señor Ferrer, mejor váyase a casa.”

Dorian no se movio, solo le dijo con voz ronca: “Tú vete, yo quiero quedarme un rato más.”

Yael no tuvo más remedio que pedir ayuda a Rufino.

Rufino tampoco pudo hacer más que encogerse de hombros, diciéndole a Yael que se fuera y que él se quedaria vigilando.

El asistente asintió, llevándose consigo a Fabiana, que tampoco queria irse.

Dorian se volvió a mirar el vasto mar.

El viento de la medianoche llevaba las olas que golpeaban la playa, una y otra vez las enormes olas eran empujadas hacia la estrecha desembocadura del rio, creando olas aún más violentas que luego eran arrastradas de vuelta al mar y empujadas hacia las profundidades.

Observando el rugido de las olas contra la orilla, Dorian imaginaba el cuerpo delicado y pequeño de Amelia siendo arrastrado por las olas hacia las profundidades del mar, un dolor punzante volvia a atacar su corazón con fuerza, doliendo tanto que se doblo, casi incapaz de mantenerse en pie.

Rufino, viéndolo de lejos, se sentia terriblemente triste, pero no podia hacer nada más que mirar desde la distancia cómo su amigo se desahogaba con el estruendo de las olas.

Capitulo 540

Capítulo 540


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