Capítulo 245
Capítulo245
-Bella, ¿qué te tiene tan nerviosa? Aún no estoy tan débil como para no puedo caminar. Dijo Alberto con una sonrisa.
Bella recostó su cabeza en el brazo del abuelo y le dijo de manera mimosa: -Entonces, abuelo, tendré que apoyarme en usted porque no puedo caminar.
Alberto no pudo evitar preguntar: -Bella, ¿tienes algo que te preocupe? El abuelo siente que has cambiado mucho últimamente.
Bella no lo negó: -¿Y el abuelo cree que este cambio es bueno o malo?
Alberto le dio unas palmaditas cariñosas en el hombro: -Al abuelo no le importa que seas tan sensata y obediente, mientras seas feliz y vivas con más libertad, está bien.
Al oír esto, Bella se le humedecieron los ojos y se le enrojecieron.
El abuelo siempre la había consentido tanto, sin importar lo que hiciera mal.
-¿Por qué se te ha vuelto a llorar? ¿Qué te ha molestado? -preguntó Alberto.
Bella se limpió las lágrimas y sacudió la cabeza: -No es nada, solo me siento muy apenada con el abuelo, antes solo tenía ojos para Pedro y nunca me preocupé por usted.
Alberto sonrió: -Eres una niña tonta, que te guste alguien es algo de lo que el abuelo se alegra por ti.
Bella iba a decir algo más, pero de pronto se escucharon unos gritos aterrorizados y una motocicleta pasó a toda velocidad por la calle donde estaban.
Bella se alarmó y, sujetando al abuelo, se apartaron hacia un lateral de la calle.
La motocicleta pasó justo por donde ellos habían estado de pie.
Bella apenas se había relajado cuando vio que otra motocicleta se acercaba hacia ellos a toda velocidad.
-¡Cuidado, abuelo!
Al mismo tiempo que gritaba, Bella reaccionó más rápido que su mente y agarró una placa que estaba en la acera, la lanzó con fuerza hacia el motociclista.
-¡Chirrido! la placa golpeó la cabeza del hombre, quien apretó el freno de emergencia y la motocicleta derrapó, produciendo un estruendoso sonido al rozar el suelo.
El casco del hombre se cayó, y varias personas se acercaron corriendo. El hombre no se detuvo, recogió su casco y se fue a toda velocidad en la motocicleta.
-¿Qué les pasa a esos dos? ¡Esto es una zona peatonal, no deberían andar aquí a toda velocidad con las motocicletas!
-Efectivamente, son unos maleducados, ¡menos mal que no han atropellado a nadie!
Los transeuntes comentaban todavía consternados.
-¿Bella, estás bien? -preguntó Alberto, acercándose rápidamente a Bella.
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Pero Bella no reaccionó en absoluto, simplemente se quedó mirando fijamente con los ojos muy abiertos.
-Bella, ¿qué te pasa? ¿Estás herida en algún lado? -Alberto estaba a punto de llamar a los servicios de emergencia, muy preocupado.
-Abuelo, estoy blen. -lo detuvo Bella.
En ese momento, también llegó tío Elio, que había ido a comprar algunas cosas y no sabía lo que había sucedido, niirándolos con cierta confusión.
-Tío Elio, ¿podrías acompañar al abuelo de vuelta al hotel?
Dijo Bella, y luego cambió de opinión: -Mejor los llevo yo al hotel.
Una vez en la habitación del hotel, Alberto seguía preocupado por el semblante de su nieta. Bella, ¿de verdad estás bien?
-De verdad, abuelo. Descanse un poco, tengo que ir a ver a mi hermano Darío.
Para tranquilizar a su abuelo, Bella llamó a Dario delante de él, diciendo que quería reunirse con él.
Alberto se relajó. -Entonces, vete y vuelve pronto.
-De acuerdo.
Bella salió del hotel, subió al coche y aún sentía que sus manos temblaban levemente. All rights © NôvelDrama.Org.
Frente a su abuelo, había logrado contenerse, pero en realidad su corazón estaba lleno de
terror.
Porque, jel hombre que se había quitado el casco, ella lo conocía!
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