Chapter 133
Capítulo 133
Antes su ironía, Bella no pudo evitar voltear los ojos hacia arriba: -¿Estás satisfecho, Sr. Sánchez?
-¡Más o menos!
-Carlos se alzó y le dijo-, ya que hemos solucionado el problema aquí, acompañame a algún lugar.
-¿A dónde vamos?
-Te lo diré cuando salgamos.
Diciéndolo, Carlos arregló su chaqueta y salió de la oficina. Bella despidió a Clara y le siguió afuera. Sin embargo, ella seguía siendo un poco vengativa por su cara asusta como comerciante, pues Bella dijo con frialdad: -Tan misterioso, ¿a dónde vamos? No tengo ninguna relación contigo en privado, no me busques para los asuntos no relacionados con el trabajo.
-Tampoco quiero tener las relacion contigo en privado, Carlos miró a Bella con extremo desdén y continuó hablando-, me interesa un nuevo proyecto, así que vas a inspeccionarlo conmigo
Ella ni siquiera se había unido formalmente a la empresa Expedición, Carlos ya la llevó a trabajar e inspeccionar el proyecto, iqué calculador era!
-¿Me estás maldiciendo en tu corazón? -Carlos preguntó levantando las cejas-, cuando me seguiste para hablar de cooperación, no ponías esta cara.
Bella no sabía cómo responder, pero le hizo una pregunta: -¿La inspección de los proyectos es mi desempeño?
-¡Ah! Señorita Fernández, al fin y al cabo eres la esposa del presidente del Grupo Romero, no seas tan quisquillosa. -Carlos se mofó.
Bella también se burló de él: -Mi coche chocó contra el tuyo ligeramente, y todavía me reclamaste la compensación de billones de dólares. Comparada contigo, soy tan sencilla y mucho menos quisquillosa.
Sin embargo, Carlos no se enfadó, sino también que mencionó su punto más sensible: Seguramente te abandonó Pedro debido a tu lengua de escorpión, ¿no?
Bella tampoco se enojó y replicó: -Según tú dices, ¿fuiste molestado por tu prometida debido a que le gustaba mucho tu charlatán? Content is © by NôvelDrama.Org.
Esta vez, Carlos no dijo nada. Cuando mencionó su prometida, Carlos se demudó, le lanzó la llave del coche a Bella y le ordénó: -¡Conduce tú!
Quizás más tarde tuviera que asistir a una cena donde debería beber, así que dejó que ella condujera. Teniendo en cuenta que Carlos sería su colaborador y jefe en el futuro, Bella asumió esta tarea. Luego de que sé arrancó el coche, Carlos le informó de que el lugar al que se dirigia era un restaurante privado con poca reputación.
A Bella le pareció muy extraño este destino, pues le preguntó: -Sr. Sánchez, ¿no eres muy exigente con la ostentación y el hedonismo, ¿por qué no pides a tus clientes que vayan a un
restaurante de clase alta al que los que no son socios ni siquiera pueden entrar?
En este momento, Carlos respondió con una sonrisa juguetona en su rostro guapo: -A lo mejor les gustan.
Bella estaba un poco perplejo y le hizo otra pregunta: -¿A lo mejor? ¿No los invitarás a comer?
¿Por qué dices tantas tonterías? -Carlos dijo con disgusto: -No preguntes lo que no debes preguntar.
Pues, Bella no dijo nada más. Salió del aparcamiento en coche y estaba a punto de incorporarse a la carretera principal justo cuando se oyó un estruendo y el trasero del coche fue golpeado. por alguien.
Bella miró a Carlos por el retrovisor y le explicó: -Yo no tengo nada que ver con este accidente, no pisé el freno de emergencia ni ocupé la calzada, esa persona es totalmente responsable.
Carlos se mostró inmediatamente impaciente y molesto. Bella no entendía si estaba molesto con ella o molesto con este accidente, en este momento vio a una sirena golpear la ventanilla del coche, entonces Bella bajó la ventanilla, pero la mujer dirigió la mirada hacia la fila de atrás y le dijo a Carlos:
-Sr. Sánchez, realmente tú estás en el coche, lo siento, es porque acabo de pisar el acelerador con fuerza, asumiré toda la responsabilidad.
La voz de la mujer era hechizante, y su olor a perfume era bastante fuerte, todo su cuerpo. estaba a punto de pegarse al asiento del conductor de Bella, pues ella no pudo evitar advertirle: -Belleza, tus pechos me presionan el brazo.