Chapter 142
Capítulo 142
Señorita García, ¿tomamos un café juntos?
Al ver la impaciencia y urgencia en los ojos de Luis, Anna sintió aversión en su interior, pero mantuvo una sonrisa profesional en su rostro: -Claro.
Ambos se dirigieron a la cafetería junto al hospital.
Luis comenzó expresando su agradecimiento por la ayuda que Anna le brindó la última vez.
Luego dijo que quería que el Banco de inversión Rentilla invirtiera en su nueva destilería.
Anna lo rechazó de plano: -Señor Solar, en la situación actual, ¿crees que tienes alguna posibilidad de obtener inversión?
El rostro de Luis se oscureció de inmediato, sin ocultar su resentimiento.
-Esa despreciable mujer arruinó mi reputación, me expulsó y se aprovechó de mi desgracia para su propio beneficio. ¡Ahora está triunfando mientras yo no puedo conseguir ni una inversión! ¡Incluso los colegas de la industria me miran con desprecio!
Anna dijo: La directora Moreno tiene habilidades y suerte. Cuando tiene dificultades económicas, alguien la ayuda, cuando sus ventas no van bien, encuentra formas de generar publicidad y también logra inversiones.
Luis sabía perfectamente a quién se refería Anna. Hoy vino a verla con la intención de investigar.
-¿La esposa del Director Romero está ayudando a esa mujer despreciable? ¿Acaso es su voluntad?Property belongs to Nôvel(D)r/ama.Org.
Anna soltó una risa y dijo: -No estoy segura si es la voluntad del Director Romero. Pero puedes pedirle a alguien que investigue la veracidad de los informes del evento de esa noche y cómo es la relación entre el Director Romero y su esposa. Así tendrás tus respuestas.
Aunque Anna no lo dijo claramente, Luis era una persona astuta y entendió lo que quería decir: la relación entre el Director Romero y su esposa no era buena y no colaborarian para ayudar a
Caza.
Luis encontró su respuesta y dijo: -Señorita García, gracias por aceptar tomar café conmigo. Espero que podamos colaborar cuando mi destilería crezca y tenga éxito.
Anna se levantó y respondió: -Espero ese día también. Aunque espero que no te aplasten antes de que eso suceda.
Al escuchar esas palabras, una mirada de frialdad pasó fugazmente por los ojos de Luis.
Debido a su gran alegría, Clara había tomado varias copas de más durante el almuerzo, así que Bella y su asistente la llevaron de regreso a la oficina.
Después de salir de Caza y ver que aún era temprano, Bella se dirigió al gimnasio.
Juan le había pedido que practicara más técnicas básicas en estos días para mejorar su defensa
personal y su habilidad en el combate cuerpo a cuerpo. Inicialmente, Bella solo había venido para mantenerse en forma, así que naturalmente tenía que seguir entrenando.
Cuando llegó al gimnasio, Bella se encontró con Daniel, quien estaba sentado en la zona de descanso.
-Señorita Fernández, qué coincidencia.
Dijo Daniel, levantándose y saludándola: -Comparé varios gimnasios y pensé que este gimnasio era el más adecuado para mí.
El entrenador también me dijo que alguien con experiencia en acondicionamiento físico como yo sería más adecuada para entrenar en combate cuerpo a cuerpo. Señorita Fernández, ahora que lo pienso, también eres mi hermana mayor en este sentido, así que espero que me enseñes en el futuro.
Bella no se sorprendió, sonrió levemente y respondió: -Eres demasiado modesto. Apenas he entrenado unas pocas veces y aún no domino las técnicas básicas por completo. Si tienes tiempo, podríamos practicar juntos.
-No hay problema.
-¿Cómo te ha ido estos días con Sara? ¿Te ha perdonado?-preguntó Bella casualmente.
-Creo que si Daniel mostró una sonrisa de autocomplacencia-. Hoy ella incluso me acompañó al gimnasio. ¡Ven aquí!
Siguiendo la mirada de Daniel, Bella realmente vio a Sara.
Vestía una falda corta hasta las rodillas, llevaba un bolso de marca colgado en un hombro y de vez en cuando se tomaba fotos con su teléfono, mostrando una expresión de alegría en su
rostro. 1
-Sara, mira a quién me encontré -saludó Daniel a Sara.
Sara vio a Bella y su sonrisa se desvaneció al instante. -¿Qué haces aquí?
-Sara, le pregunté a la Señorita Fernández antes y me dijo que este gimnasio es bueno. Así que decidí venir a verlo, y resulta que me encontré con ella aquí. -explicó Daniel de manera voluntaria.
Sara resopló y sin hacer caso a Bella, volvió a tomar su teléfono y se tomó más fotos.
Fue entonces cuando Bella se dio cuenta de que Sara llevaba puestos unos pendientes de diamantes en sus orejas, que brillaban intensamente bajo la luz.
La artesanía exquisita y el estilo le resultaban muy familiares.