Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Capítulo220

-No puedo soportar que ella come lo que con tanto esfuerzo he conseguido en la fila! Elena iba a ir a coger las cosas.

Bella la detuvo y la tranquilizó: -Olvidalo, no hagas nada infantil.

-¿Cómo que infantil? Ella no se molesta en ir a buscar su comida, ¿por qué tiene que aprovecharse así?

A Bella le hizo gracia la expresión “aprovecharse“. Era tan apropiada.

En su vida anterior, Anna ni siquiera había tenido un conflicto directo con ella, pero solo con el apoyo de Pedro, había logrado desplazarla fácilmente y convertirse en la futura señora Romero. Eso sí que podría considerarse “aprovecharse“.

-¿Le apetecen esos? Yo puedo ir a buscarlos por ustedes. -se ofreció Manuel.

Ante esto, Elena tuvo que renunciar a ir a reclamar la comida.

Muchas gracias. Perdón por la molestia.

-No es ninguna molestia, total no me cuesta nada.

Después de que Manuel se fuera, Elena le dijo a Bella:-Bella, ahora entiendo por qué antes te molestaba tanto la presencia de esa Anna, es realmente detestable.

¿Pero si es la primera vez que la ves, cómo es que la odias tanto? -preguntó Bella con una sonrisa.

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Elena respondió: Es tan afectada y capaz de hacer cosas molestas pero hace que los hombres sientan que es ella la perjudicada y la generosa.

Bella estuvo completamente de acuerdo con eso.

Anna lograba mantenerse serena ante cualquier situación, haciendo que todos la vieran como una mujer digna y magnánima.

-Hoy has sido excelente, Anna vino a buscar a Pedro y tú ni siquiera te enojas, ¡incluso me has detenido para que no fuera a buscarle pelea!

Elena bromeó: -Si hubiera sido antes, al ver a Anna y Pedro comiendo juntos, ¿no habrías volcado la mesa?

Bella pensó que ni siquiera habría llegado a eso, con solo ver a Anna, ya no habría podido contenerse y le habría echado,

-Dejemos a esa mujer, que haga lo que quiera, a mí ya no me importa. Oye, ¿doctor Julio te explicó ayer por qué no te saludó?

Elena negó con la cabeza. Está tan ocupado que ni siquiera recuerda estas pequeñeces. Supongo que será por la razón que te dije, con tanta gente, detenerse a saludar le habría

retrasado.

-Elena, eres tan inteligente, ¿cómo es que no te das cuenta de que tu relación con el doctor

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Julio tiene problemas? -preguntó Bella.

-¿Qué problemas?-respondió Elena.

Elena dijo con una sonrisa satisfecha: -Aunque no somos como las típicas parejas pegajosas, su carácter es así, no le interesa mucho más allá de su trabajo, de lo contrario, con sus cualidades, seguro que no puedo perseguirlo tan fácilmente.

Bella se quedó sin palabras.

Los que se encuentraban enamorados eran tontos.

Ya que Elena se sintió feliz, Bella tampoco tenía mucho que. decir.

-Pero ahora sí estás desocupada, incluso tienes tiempo de preocuparte por mis asuntos, ¿eh?

-bromeó Elena.

Hablando de eso, te agradezco que me recordaras comprarle a la suegra una pulsera de jade. Ese día la acompañé a la casa de un pariente y alguien elogió lo bien que le sentaba la pulsera y lo bien que combinaba con su personalidad, ella se puso muy contenta y, cosa inaudita, ja la vuelta me regaló una cadena de oro!

Aunque luego siguió presionándose a tener un bebé como de costumbre.

En el pasado, la suegra de Elena rara vez le había dado un buen trato, por no hablar de regalarle joyas.

Ahora que la exnovia del doctor Julio no ha ido a su hospital, los padres de Julio ya no eran tan exigentes con Elena, así que se podía considerar un cambio positivo.

Bella se sintió un poco aliviada.

Cuando Manuel trajo la comida, todos comían, bebían y charlaban con mucha alegría, y el tiempo pasó volando.

Pedro y Anna ya no se veían por allí.

-El hermano Pedro me envió un mensaje diciendo que tenía que atender un asunto con unos documentos, así que se fue a su habitación.