Chapter 221
Capítulo221
Manuel explicó: -Cuñada, Elena, también tengo que volver a casa a cenar con mi padre, la próxima vez que tengamos oportunidad nos reunimos.
Perfecto. -Asintió Elena.
Después, Bella y Elena se bañaron un rato más en las diferentes piscinas termales y se tomaron algunas bonitas fotos, así pasó la tarde de ocio..
A la hora de la cena, Elena salió a atender una llamada del doctor Julio, mientras Bella entró primero al comedor.
La cena se servía en el lujoso gran comedor de la mansión.
Aunque también era en formato de autoservicio, la calidad de los platos era mucho más exquisita que los aperitivos y asados del área termal, con abundancia de sashimi de pescado. fresco, erizos de mar y enormes langostas australianas.
Después de un dia entero de nadar y jugar, todos tenían un apetito voraz, y al ver tanta comida deliciosa, sus ojos brillaban de emoción. Incluso algunos jóvenes, hartos de usar cubiertos, agarraban las langostas con las manos para comérselas.
Disfrutaron de la comida e hicieron que Bella tuviera hambre.
Tal vez por haber pasado tanta hambre en el psiquiátrico en su vida anterior, ahora su amor por la comida era mucho más intenso.
En casa, la mayor parte del tiempo comía sola, e incluso cuando Pedro estaba, su forma de comer tan digna y engreída le hacía sentir que no estaba comiendo, sino posando para una sesión de fotos, así
que Bella nunca había sentido esa urgencia por comer.
Pero aquí, viendo a todos comer con tal abandono, su apetito aumentó considerablemente.
Ella también escogió varios platos y se lanzó a devorarlos con entusiasmo.
-¿Por qué comes con tanta prisa, si nadie te lo va a quitar?
Bella estaba comiendo animadamente cuando Pedro apareció de repente.
Ya se había cambiado a su habitual camisa, con las mangas remangadas y un par de botones del cuello desabrochados, dejando ver su torso atlético.
-¿Te has quedado embobada? Primero termina de tragar lo que tienes en la boca.
Al ver a Bella con los carrillos hinchados como una ardilla, Pedro no pudo evitar querer acariciarle el cabello de la frente.
Bella se echó bruscamente hacia atrás, mirándolo con ojos gélidos. A ti qué te importa cómo
como.
Al tener la boca llena, su tono sonaba menos distante.
Pedro se sentó tranquilamente frente a ella.
Ese es el asiento de Elena. -le recordó Bella.
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Pedro la miró y de pronto dijo: -Esta tarde hubo una situación urgente en la sucursal, he estado todo el rato resolviendo por videoconferencia.
¿Acaso estaba explicándole a dónde había estado?
Bella simplemente asintió con desinterés y siguió comiendo.
——-Anna trabaja para la empresa con dedicación y entrega, como su superior, no puedo despedirla sin motivo. -dijo Pedro.
¿Y a mi qué me cuentas eso?-Bella levantó la cabeza.
Pedro miró el limpio y desprovisto de maquillaje rostro de Bella y le dijo con serenidad: -¿ Manuel te dijo que te habías molestado por lo de hoy al mediodía?
Nada negó Bella. Ya te he dicho varias veces que no me importa la relación que tengas con ella. Puedes divorciarte y casarte con ella, no me opondré.
Bella ya había dicho esas palabras en varias ocasiones.
Pedro se contuvo y preguntó: -¿Cuándo he dicho yo que voy a divorciarme y casarme con ella?
Al oír esto, Bella se quedó un poco desconcertada.
¿Acaso eso significaba que Pedro no se iba a casar con Anna?
¿Sería que, al no haber hecho ninguna locura esta vez, su relación carecía del catalizador necesario y por eso Pedro aún no se había enamorado de Anna?
Qué triste.
Habia insistido durante ocho años, ¿y resultaba que solo era el catalizador en la historia de amor de otros?
Bella recordó: -En ese momento cuando estabamos en la residencia de Anna, te pregunté si querías divorciarte y casarte con ella, y no lo negaste.